Se acercan nuevas elecciones en Venezuela.

 

Rafael Escalona

He tratado en lo posible poner en práctica mi capacidad de síntesis para ver si en dos entregas explico a mis lectores porque vendrán nuevas elecciones en nuestra amada y maltratada Venezuela, he aquí la primera entrega de este artículo.

Nadie duda que en Venezuela estamos viviendo una aguda crisis política que es muy atípica para los que entendemos un poco las Ciencias Políticas a pesar que la situación venezolana pareciera ser el reflejo de muchas crisis vividas en los últimos 30 años en otros países de este continente y del mundo como México, Argentina, Brasil; algunos países de Europa, del Este asiático; Rusia; Egipto y Ucrania más recientemente, pero con énfasis a lo sucedido en México en 1982 y 1994 cuando contagió a otras economías latinoamericanas, he allí el dilema de interpretar todo este asunto.
Venezuela ha vivido desde hace 15 años un régimen chavista – madurista que a implementado un feroz capitalismo de estado donde el estado por intermedio del Gobierno ha concentrado para si casi todo los medios de producción para pasar de un régimen de propiedad privada individual a uno de carácter comunitario o gobiernero que se extendió hasta el control de la producción de los más elementales bienes de consumo de primera necesidad y de colapsar como hoy se prevé a unas cuantas economías y gobiernos de este continente con su contagio.
Todos esos medios de producción después de estar originando bienes y servicios satisfaciendo las más elementales y no elementales necesidades del pueblo, con el devenir de los años se convirtieron en tremendos elefantes blancos y guaridas de corruptelas y rebatiñas de Chavistas enchufados y militarejos mediocres que se enriquecieron de manera impúdica y lujuriosa con los dineros públicos; llevando a la quiebra a más del 80 % de las empresas que hoy están manejadas por el gobierno castro – madurista y aquellas que trabajan producen a menos del 20 % de su capacidad instalada lo que llevo a este Gobierno a no desentrabar la economía enderezando entuertos y produciendo más, sino por el contrario, como nos llegaban los petrodólares por cantidades, el Gobierno optó por vivir de una economía de puertos, es decir empezar a importar todo lo que consumimos; lo que trajo como consecuencia que lo que adquiere el venezolano, más del 90 % viene de afuera ya que aquí no producimos casi nada, todo ello sin contar que este gobierno tirándoselas de rico – bobo empezó a darle los dólares a los demás países, dejando morir de hambre a sus conciudadanos, vaya que cosas, se parece aquella metáfora del politiquero que una vez que le dieron un carguito en el gobierno lo primero que hizo fue buscarse una mocita y empezó a gastar a manos llenas afuera, lo que no quiso llevar para su mujer y sus hijos en su casa.
La aplicación de políticas públicas erradas sostenidas en un falso socialismo del siglo XXI; el mal manejo de esas desgastadas políticas públicas del régimen de Chávez y ahora de Nicolás que son todos los músculos que sostienen y ponen a funcionar el andamiaje del estado venezolano, todas colapsaron y hoy se hacen insostenibles; ello ha desencadenado una aguda crisis política; social y económica que está debilitando estrepitosamente todas las Instituciones Públicas de manera acelerada lo cual a su vez hizo implosión en el gobierno castro – madurista lo que le convirtió en un inhabilitado para dar respuesta a las demandas sociales con las consecuentes crisis de legitimidad democrática que enfrentamos hoy todos los venezolanos.
Pero, ¿Cómo enfrentamos esta crisis de legitimidad democrática? ¿Será acaso la renuncia de Nicolás?; De presentarse ese escenario, su renuncia transita por el establecimiento de un dialogo verdadero que desemboque en una negociación, si no lo hace habrá en poco tiempo un pronunciamiento de carácter militar y de caos generalizado lo que complicaría las cosas aún más; todo ello porque, en primer lugar, para solucionar la falta de Gobierno se deberá de manera inminente nombrar un grupo de venezolanos entre civiles y militares que asuman la función de una junta de Gobierno sin disolver las Instituciones pero con énfasis en el reacomodo político institucional y plural de la Asamblea Nacional para que desde esa Institución se nombren de manera expedita y equilibrada Ciudadanos Institucionales, que previa renuncia de quienes actualmente ocupan esas posiciones, lleguen a la Fiscalía General de la República; Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia; Contraloría General de la República; Defensora del Pueblo y Rectores del Consejo Nacional Electoral a los fines que se le dé un andamiaje sólido a la institucionalidad democrática en Venezuela, para que posteriormente; y en segundo lugar, convocar a unas elecciones presidenciales en un lapso no mayor de sesenta días.

Como percibimos los venezolanos la situación de Venezuela en los actuales momentos. Según sondeo del Instituto Venezolano de Análisis de Datos (IVAD), el mismo mostró que un 70 % del pueblo venezolano considera que las elecciones aún constituyen la vía idónea para resolver la actual coyuntura; aunado que un 72 % de la población considera que la situación del País es negativa según el periódico venezolano diario El Universal.

Ahora bien, en el Artículo anterior manifestamos que para solventar la crisis de legitimidad democrática que vive Venezuela y para llegar a un nuevo proceso de elecciones tenemos que entender primeramente, que nuestra sociedad esta administrada por leyes, que somos ciudadanos libres e iguales ante la ley tal como lo preceptúa nuestra carta fundamental que es la Constitución; pero la Carta Suprema no podemos utilizarla al particular modo de ver de un sector de venezolanos para imponerla como garrote jurídico a otro segmento de la población; porque si no, no impera la justicia y la libertad y como eso está ocurriendo, sin justicia y libertad no somos “Sociedad civil”, de allí el naufragio que vivimos y el ahogo paulatino de nuestra vocación democrática que pareciera irse por el inodoro de aquellos que todavía a estas alturas de nuestra civilización siguen creyendo en personalismos vanos para desangrar la tradición republicana que nos han legado nuestros Libertadores.
Es indudable que sobre nuestra amada Venezuela se ciernen nubarrones con relámpagos centelleantes que traen esta oscura realidad que vivimos. No solo de muchos pseudo lideres llamados hoy boliburgueses que se envalentonan por temor de perderlo todo con lo que está pasando ya que no sacian el voraz apetito de las fortunas que han hecho a expensas del gobierno y que dilapidan a sus anchas; sino de lideres ignorantes políticos que apuestan al conflicto por el conflicto y que en su codicia y fulgor empuñan el arma de la injusticia para que cual truhanes amparados por el gobierno aniquilen a quienes no piensan como ellos y que viendo este cataclismo prefieren la muerte a entender que todavía estamos a tiempo de un rencuentro que nos permita levantarnos de esta ignominia para reconstruir y allanar el camino de futuro que se nos ha perdido.
Entendamos que en un solo sector de los venezolanos que comulgan con el actual proyecto político no deben considerarse como “químicamente puros”, no, hay millones de venezolanos que hoy estamos en las calles pidiendo justicia y libertad igual a quienes en ese otro sector también luchan por ideales genuinos, lejos de enfrentamientos viscerales, allí es donde tenemos que llegar. No basta con que todos los días se hagan elecciones para llamarnos un país democrático; no basta que todo los días se estén haciendo leyes a la medida del traje de quien nos gobierna cuando el pueblo ni siquiera saben que existen y es para someterlo; no basta que estemos diciendo que yo soy el mesías salvador de los oprimidos, porque ya ven lo que esta sucediendo en nuestra República; si queremos salvar a nuestra Patria vamos a dialogar, porque si no lo hacemos estaremos condenando a la República a un ostracismo y con el a todos sus Ciudadanos.
Dijimos en la entrega anterior que Nicolás tiene que renunciar y que esa renuncia transita por el establecimiento de un dialogo verdadero que desemboque en una negociación la cual pasa por el respeto del otro segmento que es la mitad de la población que deberá ser tomada en cuenta a la hora de la conformación del gobierno transitorio dando un adecuado equilibrio democrático en la conformación de los diferentes poderes públicos del estado venezolano, en el sentido que estos sean independientes y autónomos. Eso incluye además el establecimiento de una hoja de ruta, donde desde los Poderes del estado de manera inmediata se ejecute un plan de gobierno que dinamice la economía con énfasis en lo social y que se deslastre por completo de manifestaciones ideológicas y componendas políticas para aplastar al contrario lo cual conduciría a un retroceso que pondría en jaque mate la transición y como tal no permitirá una convocatoria general de elecciones.
Pero lo dicho anteriormente suena y se escribe muy fácil, supremamente fácil diría yo. Primero se debe tener claro que no debemos violar la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y sin que ello signifique violación alguna, en ese dialogo se deberá prever las enmiendas constitucionales que sean necesarias para alcanzar el objetivo que permita el reacomodo político para alcanzar la transición en Venezuela. Recordemos que las coaliciones en muchas democracias que hoy lucen rozagantes fueron necesarias y como tal no debe asustarnos tanto a chavistas como a quienes somos opositores; no, todos debemos buscar de manera perentoria otra manera de coexistir extirpando de raíz a los talibanes políticos de lado y lado de modo que podamos gobernar respetándonos y cediendo espacios políticos y cuotas de poder de manera mutua, ello nos va a permitir tener otro modo de vida, donde las retaliaciones políticas viscerales sean borradas del diccionario político y nos permita a todos con nuestras diferencias fundamentales construir una nueva y verdadera realidad democrática en nuestro País.
En cuanto a la afectación de estos cambios en Venezuela hacia otros países del hemisferio, eso es indudable. Todavía quedo tinta en mi tintero y a ello me voy a referir en Artículos posteriores.

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Mirador Escalonado: Venezuela resiste, la lucha es por la libertad y la democracia

Rafael Escalona

El decaído gobierno de Nicolás sigue con la torpeza de continuar sembrando la represión contra un pueblo desvalido en un claro autoritarismo de corte militarista que lo está llevando a un colapso inminente.
Las contundentes violaciones a los derechos humanos que a diario se cometen en contra de jóvenes y toda una población desarmada por parte de esquiroles amparados por la ley y por quienes usan las armas como si de cacería deportiva se tratara solo han hecho que se agudice el descontento popular perdiéndose el miedo que se le tenia a los represores del gobierno, lo que está estimulando más y más las manifestaciones populares y están llevando a este gobierno a despojarse de manera definitiva de su careta democrática para mostrar e imponer su verdadero rostro dictatorial.

Lo que en un inicio fue reclamar justos derechos por la inseguridad que se vive en los campus universitarios venezolanos se fue convirtiendo en el más fiel reflejo de las exigencias por las calamidades que sufre la nación venezolana, lo que dio otro matiz en la protestas al extremo que todo se ha agudizado de tal manera que ya se empieza a exigir la renuncia de Nicolás y convocar a una elecciones presidenciales anticipadas.

Pero, ¿Cuál es el soporte para que lleguemos a esta situación?: Nicolás está implantando un régimen de sistema de gobierno establecido de corte totalitario y militarista. Eso está demostrado en la forma de represión tan brutal a las protestas sociales como se ha hecho en cualquier otro régimen militar, sin existencia de un estado de derecho debido al control absoluto del gobierno; no solo de los demás poderes del estado por parte del poder ejecutivo, sino la presencia de militares activos y retirados actuando como militantes del PSUV, ejerciendo papeles fundamentales en la economía y en los segmentos que son músculos que dan funcionabilidad al estado venezolano.

Todo esto ha llevado a que Nicolás y su gobierno sean “los guarimberos mayores”, ya que son ellos los que han montado la más descomunal barricada contra el pueblo venezolano para que no consigamos alimentos, medicinas; para que se incremente la violencia y que vivamos como miserables; al extremo que si Usted hacia un pequeño mercado hace un mes con dos mil bolívares hoy necesita siete mil bolívares para poder adquirirlo, eso, si Usted encuentra los productos básicos de primera necesidad.
A lo anterior se le suma, a quien en vez de invocar la célebre teoría de la correcta separación de los poderes ostenta y se envalentona de manera “descabellada” para ejercer una autentica concentración de poder detrás del trono y que dirigiendo el Parlamento tiene bajo su total y absoluto control el gobierno, la legislatura, las gobernaciones, las alcaldías, la fiscalía, los Tribunales y los militares de este País, más nada.

En el caso de Venezuela un régimen que actúe así, se le hace cuesta arriba y muy difícil mantenerse en el poder por el grado de conflictividad generalizada que hay en estos momentos y que pareciera perpetuarse en el corto tiempo si no se ejercen niveles de represión extremos contra el pueblo que a la final le permitirá a Nicolás mantenerse por poco tiempo dirigiendo al estado.

A nivel internacional, ahora a Nicolás le dio por clamar para que Estados Unidos le pare un poquito aunque sea nombrando Embajador en Venezuela ya que eso le daría algo de oxigeno; a lo interno, sabe que sufre de manera vertiginosa un descalabro político invitando a dialogar a todo el mundo bajo sus condiciones para ver si consigue algún interlocutor válido, cosa que no ha conseguido; es decir este régimen sigue de mal en peor, sus asesores le han advertido que ya los barrios no bajaran a las calles, por que son los estudiantes que viniendo de esas clases populares son vistos como los representantes de sus luchas, de allí las súplicas para dialogar para después reprimir y golpear sin compasión. Por eso es que Venezuela resiste, aquí la lucha es por la libertad y la democracia eso ya lo entendió el Pueblo y de allí no van a salir.

Rafael Escalona Márquez (Abogado)